
María Victoria Alvarez
Dictamen del Jurado
Un cuento que elige la confusión y que lleva y trae, divierte y asombra. Y en el que destaca, como elemento original, que el texto sume frases que suenan a otras frases, a expresiones comunes, conocidas, a textos clásicos, con personajes que abren tanto juego que remiten a la vez a escritos medievales, a nombres bíblicos, a conjuntos de rock. Fluido, con un castellano rico, caprichosamente rimado, sus numerosas preguntas retóricas nos conducen a otros interrogantes: ¿Quién habla? ¿Quién dialoga? ¿Quién dice y quién responde? ¿Quién realmente no ve? ¿El señorito o el perro? En este texto los lectores y alguno de sus personajes, son conducidos en tinieblas, a una ceguera que, como dice el texto en el inicio: “Qué más da, si aún no lo descifro.
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